Quisiera ser y pensar
como los demás mortales,
sin molestarme en buscar
remedio para sus males.
La alegría es un caudal
que riega las mentes sanas,
y si se sabe emplear
su fluir nunca se acaba.
Al dorso de esta moneda
está presente el dolor
quién en esta vida sufra
no culpe por ello a Dios.
Cuando en esta vida sufras
consuélate peregrino,
que Dios esperando está
al final de su camino.
Soñaba en cierta ocasión
un orate moribundo,
con un poco de razón,
pensaba arreglar el mundo.
Así sueñan imposibles
los que carecen de medios,
que sueñan en su quimera
al mundo encontrar remedio.
Quien en esta vida nace
para ser un desdichado,
aunque mil años viviera
su destino está trazado.
Con esto quiero decirte,
si me sabes entender,
confórmate con tu suerte,
que al cabo serás feliz
y en paz te hallará la muerte.